SUSPENDERTE
Con matices individuales infinitos, a estas alturas puedes comprender que la mayoría de problemas, molestias, incapacidades o restricciones que puedas padecer tienen relación con haber sido incoherente con el diseño evolutivo que ha forjado tu cuerpo.
Junto a la sentadilla de descanso, una de las tareas humanas de movimiento más primitivas es la suspensión, estar colgado, que precede a las posibilidades de balancearse, braquiar –ir de rama en rama–, traccionar y trepar.
Este experimento consiste en permanecer colgado de cualquier barra el máximo tiempo posible (ya sea en casa, el gimnasio o un parque), teniendo presente:
- Separar las manos a la anchura de los hombros o incluso algo más.
- Evitar sensación de pellizco en el interior del hombro. Si la sientes, detente.
- Relajar completamente el cuerpo, también los hombros y los omóplatos.
- Aunque puede costarte, respirar con la máxima normalidad posible.
Te dejo un ejemplo.
Échale un vistazo rápido; no hace falta que veas todo el vídeo…
Ahora, es tu turno.
TEST 2: Cronometra cuánto tiempo puedes permanecer colgado.
*Si no puedes hacerlo ahora mismo, déjalo para más adelante y continúa con el test.
Cómo has podido ver, es una prueba sin sofisticación alguna.
Muy a menudo, realizando las pruebas más simples puedes valorar un buen puñado de cosas, como por ejemplo:
- La fuerza y resistencia de AGARRE de tus manos.
- Lo curtido de tu PIEL —algo que habla de cuánto expones tus manos al movimiento, más allá de teclear o deslizar el pulgar sobre una pantalla.
- La FLEXIBILIDAD de tus hombros para colocarlos por encima de la cabeza.
- La CIRCULACIÓN de tus brazos para fluir en una posición de desventaja.
- La restricción RESPIRATORIA que puedes sentir al tener la caja torácica un poco comprimida.
- La TENSIÓN que puedas sentir en tu espalda baja cuando tus piernas cuelgan de ella.
Mmm… Parece que simplemente estar colgado puede reportarte un montón de beneficios.
¿Y cuánto importa el tiempo que has conseguido permanecer suspendido?
Si no tienes cierta fuerza y resistencia como para estar colgado durante un tiempo prudencial, imagínate si tuvieras que exponerte a tareas tan humanas trepar un árbol, sujetar algo pesado, escalar un muro o incluso hacer dominadas en el gimnasio.
Son muchas las posibilidades que dependen, directa o indirectamente, de todos los aspectos implícitos en tu capacidad de suspensión.
Te recomiendo plantearte poder mantener una suspensión mínimamente cómoda de entre 30 y 60 segundos, y que tu cuerpo se haya adaptado en todos esos aspectos que acabamos de valorar.