Para entender bien lo de tener mejor movilidad para moverte mejor, y no más flexibilidad, tienes que fijarte bien en tres cosas durante este correo.
Voy.
Los términos se confunden porque, bueno, una persona normal no tendría por qué conocer los detalles “técnicos”.
Ojo, que lo del saber no ocupa lugar, claro.
La confusión viene, en realidad, de tanta tontería que nos han metido en la cabeza con lo de la flexibilidad.
Como si algo, no solo un cuerpo, por ser flexible, se pudiera mover mejor.
Cuando a menudo sucede lo contrario.
Fíjate en una cosa, siempre en la misma cosa:
Mover, movimiento.
Moverte.
Es lo que te interesa.
La flexibilidad, como la fuerza, de por sí no hará que te puedas mover mejor, ni tan solo con más libertad.
Fíjate en otra cosa:
De bebés es sin ningún tipo de discusión el momento de la vida en el que somos más flexibles.
Y en realidad no podemos movernos.
Ni incorporarnos, ni rodar, ni sentarnos.
Ya no te digo gatear o caminar, que viene después.
Somos seres prácticamente inertes, totalmente dependientes de unos brazos ajenos.
¿Cómo es posible, con toda la libertad de movimiento que nos ofrece la flexibilidad?
Pues precisamente porque ser flexible no te aporta (casi) nada en términos de movimiento.
Lo que importa son otras cosas…
Hace unos días una alumna de Movilidad Natural me describía:
«Por un lado, mal que bien, empezar a movilizar mi cuerpo me ha conectado con él,
pero a la vez he tomado conciencia de que no tengo control sobre él.
Es como querer cantar una canción, escuchar la melodía en tu cerebro con total claridad y al ir a reproducirla, ser incapaz de afinar.
Y que lo que sale de tu boca no tiene nada que ver con la canción».
Ostras.
No se me habría ocurrido mejor metáfora.
Fíjate en más cosas:
Conectar, conciencia, control.
Saberte la canción de pe a pa, querer cantarla, y ser incapaz.
DESAFINAR.
Lo que sale por el cuerpo (la boca) no tiene nada que ver con lo que pretendías «cantar».
Mira.
Para resumir.
La flexibilidad puedes comprenderla como un atributo.
La movilidad no.
Es una HABILIDAD.
De hecho, la habilidad que te permite todo lo demás, dónde empieza el MOVIMIENTO en sí.
Para consolidar sus fundamentos para siempre:
Rober
PD: una cosa es tener un cuerpo y «saber» la canción, y otra cosa es afinar y saber cantar con el cuerpo. Lo segundo es en el enlace.