Un truquillo para los días poco movidos (con dos ejemplos)

​Mira.

Para cuando te sientas así…

Hoy es uno de esos días en los que estoy un poco en blanco.

No diría perezoso.

Pero sí falto de dinámica, poco movido.

Me está costando escribir.

Y me va a costar moverme.

¡Oh!

¡¡Cáspitas!!

¡¡¡Al gurú también le cuestan las cosas!!!

Afortunadamente, para estos días tengo un truquillo.

Y no voy a dejarlo para el final o la posdata.

Lo desvelo ahora mismo:

Trata de hacerlo lo más RICO posible y lo más SIMPLE posible al mismo tiempo.

Hacerlo «fácil», al tiempo que determinante y estimulante.

No complicarme la vida ¡PERO! sin perder de vista lo fundamental:

La «densidad nutricional» de lo que escriba o lo que me mueva.

La cantidad y diversidad de micro y macronutrientes, vitaminas y minerales a los que me expongo.

Un par de ejemplos:

1

Al escribir, lo hago de manera sencilla pero relativamente compleja.

Es decir…

No escribo la A y la repito hasta la saciedad.

A A A A A A A A A A A A A A A A…

Eso no tendría ninguna riqueza ni estímulo.

Sería taaaan aburrido (para el cuerpo y para la cabeza).

Y, para más inri, tú no te enterarías de nada.

Que al final es el PROPÓSITO de escribirte.

Al contrario, aunque sea de manera simple, escribo palabras, frases, párrafos…

Eso le da más SENTIDO a este correo, ¿no?

2

Al moverme, tengo claro lo que voy a hacer en un ratito.

No voy a complicarme la vida con anillas o danzas o locomociones o rodados o microbacias.

Pero tampoco voy a machacarme a ejercicios repetitivos, lineales, monótonos, pobres en términos de movimiento.

Como repetir la letra A…

¿Qué sentido tendría?

Así que voy a estimular de forma rica y diversa mi cuerpo – y cabeza.

Solo necesito unos dos metros cuadrados de espacio y «tumbarme» al sol.

Practicaré del as en la manga que tengo para estos días.

Disfrutaré del arte de moverme bocabajo.

Rober

PD: tantas posibilidades con tan poquito. Arriba.