Septiembre de 2022.
Abril acaba de empezar P3.
El martes tuvimos la reunión de familias.
Ariadna y Laura, las tutoras de “Els dinosaures”, el grupo de mi hija, son la mar de majas.
Me gustan, de verdad, para qué negarlo.
Pero tienen una confusión de narices con lo de la disciplina.
Porque, bueno, ya sabes…
Uno de los apartados de la reunión consistía en explicar cómo van a “potenciar” las rutinas, los hábitos y ciertos límites.
Que dicen que para los peques son necesarias todas estas cosas.
Y, claro, la disciplina salía por todas partes.
Entre tutoras y padres y madres y viceversa.
Mucha confusión.
A ver…
Que entiendo que haya quien le mole eso de la cultura militarizada a lo navy seal.
Pero es que en el fondo no es necesario.
Y no tiene nada que ver tampoco con ser un antisistema y promover el libertinaje Mr.Wonderful chachipiruli de los sectores más (pseudo)progres.
En fin…
Al menos yo tengo muy claro que no quiero que Abril sea disciplinada.
Hay algo mejor.
De hecho, con lo del movimiento pasa lo mismo.
Mira.
Mira bien a tu alrededor.
Tal vez a ti mismo, no sé.
Si hay un poquito de movimiento, generalmente en forma de “ejercicio”, ¿a cambio de qué suele ser?
Efectivamente, de disciplina.
Incluso aunque (creas que) te gusta, es a base de disciplina, de deber, de hábito.
Y, bueno, luego pasa lo que pasa.
Que somos tan disciplinados que no nos damos cuenta.
Por ejemplo, de que no terminas de disfrutar de tus levantamientos porque tus caderas o tus rodillas o tus tobillos no te dejan.
O que no terminas de disfrutar de tu perro bocabajo y tus guerreros e invertidas porque tus caderas o tus rodillas o tus tobillos no te dejan.
O que no terminas de disfrutar de tu escalada, de tu danza, de tus verticales, incluso de tu fitness… porque tus caderas o tus rodillas o tus tobillos no te dejan.
Si sigues así, sin darte cuenta, sin conciencia (y consecuencia), siempre vas a estar igual.
Machacándote a base de disciplina.
Poniendo tus esperanzas en ella.
Y disciplinadamente sin terminar de disfrutar plenamente, de gozar, de explotar (en el buen sentido) tu movimiento.
¿Por qué no quiero que Abril sea disciplinada?
Porque es infinitamente mejor que sea consciente y consecuente.
Y más que suficiente.
Para un momento y sé consciente.
Y si además quieres ser consecuente, quizá te interesa este curso:
Rober
PD: a la suma de conciencia y consecuencia le llamaremos coherencia. Suena guay, digo yo.
PD2: arrancamos el lunes 17 de octubre e inmediatamente subirá de precio para siempre. Arriba.