No se puede empezar peor el año

Hay varias maneras de empezar mal el año.

Una muy chunga es ser un inconsciente, no darte cuenta de las cosas.

Pero esta nos la vamos a saltar porque, si estás en este blog, es que te das cuenta, eres consciente.

Podrías pensar, entonces, que no hay peor manera de empezar el año que empezarlo jo dido, fastidiado.

Pero tampoco.

Porque, si eres consciente, estar jo dido de ninguna de las maneras puede ser la peor manera de empezar del año.

¿Cómo?

¿Por qué?

A ver…

Tú sabes perfectamente, te das cuenta de cuando el cuerpo ya no puede más, eso nadie lo puede negar.

Porque lo sientes.

Entumecido, oxidado, quejoso.

Lo notas en la espalda, encima de los hombros, en las cervicales, en las caderas.

La rigidez, la tensión, el dolor.

O “simplemente” que las cosas no van bien, como que no responden, que al cuerpo le cuesta.

Y más conforme van pasando los años.

De eso también te das cuenta.

Así que no puede ser lo peor.

A ver, ojo.

Que empezar así yo diría que es empezar mal el año.

Pero vaya, que no es la peor manera de hacerlo y, además, te das cuenta por narices.

Aunque puede que te resistas y trates de ignorarlo, de evitarlo.

Pero si las cosas del cuerpo no van bien, te das cuenta.

Y eso no puede ser lo peor.

La peor manera de empezar el año es esta:

Darte cuenta, ser consciente.

Sentir y saber profundamente, corporalmente tres cosas:

  1. Que el cuerpo se queja y se duele y se molesta porque no está fino, no fluye, le falta movimiento, sobre todo desde un punto de vista articular.
  2. Que esto no favorece para nada una buena vida, por así decirlo, ni en el presente ni especialmente en el futuro, que de seguir igual será más oscuro, garantizado.
  3. Y… gracias a que hace tiempo que me lees… que hay una manera de ponerle remedio factible y conciliable con la vida de una persona normal, que a la larga no representa prácticamente tiempo porque, en definitiva, se trata de ir integrando el movimiento, especialmente mover y mimar tus articulaciones, en lo cotidiano.

Y no hacer nada.

Quiero decir:

Darte cuenta, ser consciente, sentirlo y saberlo…

…y no hacer nada.

Puede jo der, puede escocer, puede doler más o menos.

Pero creo que todos coincidiremos en que es la peor manera de empezar el año.

La manera de transformar la conciencia en acción, en movimiento es aquí:

Movilidad Natural

Rober

PD: curso de 13 semanas, resultante en una serie de hábitos y un par de protocolos de movilidad ajustados a tus condiciones personales para mejorar en aquello que descubras tú mismo (con mi ayuda) que te hace falta. Y luego gustirrinín y fluidez cotidiana de por vida. En el enlace.