No entiende lo del amanecer y la antidisciplina

«Rober, no entiendo lo de tu vídeo del amanecer y tu pregunta, y menos lo de #antidisciplina»​.

Esto me enviaba Juan por privado al ver una de mis infrecuentes stories de Instagram de este verano.

Eran algo antes de las 7.

Ya lo he hecho otras veces este año.

Un par, diría.

Ver el amanecer no –esto muchas más, afortunadamente.

Grabarlo y publicarlo, digo.

Prueba de que soy tremendamente indisciplinado con las redes sociales y por eso me va tan mal en la vida y tal –¡juas!

Lo de verlo lo hago en verano (casi) cada día, porque no me ocupo de Abril por las mañanas, que es cosa de Meli.

El resto del año mi mujer sale de casa a las 7:30 y solo puedo verlo los fines de semana.

Y no me cuesta.

Nada.

De ahí la pregunta que emergía espontáneamente:

¿Te imaginas una vida en la que esto requiriese esfuerzo, sacrificio, disciplina?

Esto es:

Levantarte sobre las 6 y subirte a la bici.

Pedalear tranquilamente hasta la playa.

Y ver cómo sale el Sol, primero bien rojo, luego naranja.

Mientras el mar está como un plato y solo se escuchan las diminutas olas de la orilla.

Otra forma de pregunta:

¿Cómo es posible que actuar así y presenciar algo así requiera esfuerzo o disciplina?

No es una pregunta para sentirse culpable por no ver el amanecer o hacerlo a base de sacrificio.

Es una pregunta para investigar(se).

Para indagar(se) y explorar(se) y conocer(se).

Insisto con más detalle:

¿Por qué el ser humano puede haber alcanzado un punto en el que para “madrugar” y disfrutar del amanecer en la playa tranquilamente “tiene que” hacerlo a base de sacrificio, disciplina, esfuerzo en un momento dado?

Bien.

Puede parecer una chorrada como un templo.

Pero cosas así, si te las tomas mínimamente en serio, tienen taaaaanta chicha.

Respecto a lo que nos movemos a diario también se puede investigar muchísimo.

Da, como mínimo, para 13 semanas.

Y para el resto de la vida, porque no sé si te habías dado cuenta de que vivir y moverse son la misma cosa.

Cuando esto lo ves con claridad y lo comprendes corporalmente, lo que necesitas y QUIERES moverte cae por su propio peso, sin disciplina de por medio.

Las 13 primeras semanas exploras propuestas para saber cómo hacerlo a tu manera.

Luego lo sigues desarrollando durante toda la vida.

En Movilidad Natural, digo.

Rober

PD: no es misticismo, sino todo lo contrario. Que vives en un cuerpo en movimiento es la verdad más terrenal a afrontar a diario. ¡Qué vida poder vivirla con curiosidad, confianza y vitalidad! En el enlace.