Conocer la velocidad de mejora de la movilidad

Una cuestión muy habitual cuando alguien se aventura con algún tipo de “programación” para mejorar la movilidad (o la fuerza o cualquier otro atributo), suele ser todo lo relacionado con el tiempo y la velocidad de progreso.

Cuánto tardaré en mejorar y tal…

Enseguida respondo a la pregunta pero, antes, permíteme insistir en algo que considero básico:

Está bien y es normal fijarse en esas cosas.

Aunque, al mismo tiempo, creo que no es lo más importante.

Lo primordial es moverse a conciencia y con conciencia, en las direcciones oportunas y con las herramientas adecuadas.

Si a eso le aplicas consistencia, tu cuerpo pillará el mensaje y no podrá hacer otra cosa que progresar.

Y para eso necesitas que el abordaje sea eficaz y viable, tolerable y sostenible, más que “rápido”.

Si además lo haces centrándote en cómo responde tu cuerpo individualmente y adaptándote a él (y no según teorías o hipótesis académicas), vamos a decir EN TIEMPO REAL, podrás ir jugando con las variables y optimizando dicho progreso.

Luego, en cuanto al tiempo y la velocidad…

Verás:

Yo no sé si tienes perro o no.

En mi familia siempre ha habido perros.

Ahora vive con nosotros una chihuahua de ocho años.

Mediana edad.

Y, cómo no, la saco a la calle lo más a menudo posible.

Entre otras cosas, para que haga sus necesidades.

Entonces… No sé si sabes cómo va la cosa.

Generalmente así:

Vas caminando.

Ve un árbol.

Tira de ti.

Lo pillas, le haces caso y te acercas a la parcelita del árbol.

Se mete en la tierra.

Empieza a olfatear.

Y da vueltas y olfatea y da vueltas y olfatea.

Se parece a esos que hacen series interminables de burpees —¿por qué? ¡¿por quééé?! Oh, Dios.

Hasta que encuentra algo que yo soy incapaz de ver.

Se queda ahí, oliendo con más intensidad.

¿Meará ahora?

Puede que sí.

O puede que no (y me cague en su padre) y que siga dando vueltas.

¿Cuándo meará?

¿Hasta cuándo dará vueltas y soltará un par de gotitas?

¡Que ya ha marcado dieciocho árboles y no le queda nada de pis, conyo!

Bueno…

Pues la verdad es que nunca sabrás si justo en ese árbol meará pronto o tarde, rápido o despacio.

Lo único que sabes es que el pobre bicho lo hará cuando le dé la gana como organismo vivo e impredecible que es.

Ojo:

Si perseveras en ser paciente, no tienes de qué preocuparte: finalmente lo hará.

Para adivinaciones sobre tiempo y velocidad de progreso no es aquí.

Para aprender y desarrollar e involucrarte y mejorar consistentemente adaptándote a cómo se comporta tu propio cuerpo, cosa que nadie puede conocer mejor que tú en el día a día, sí es aquí:

Movilidad Avanzada de Piernas

Rober

PD: la movilidad articular es una habilidad corporal, y la curva de aprendizaje es la misma que en cualquier otra parte. O sea, generalmente (no tiene por qué cumplirse siempre), la cosa suele mejorar “rápido” y luego la curva se va aplanando. Esto pasa con el cuerpo, con los idiomas, con la petanca, con la música… Por lo tanto, otra vez: te sugiero no centrarte en la velocidad de progreso, y sí en la conciencia, el sentido y la dirección, el camino. Ya sabes dónde.