No te moverás por organizarte

Me dice Toni que lleva muy bien todas las rutinas, que le sientan genial, pero que le está costando integrarlas en lo cotidiano.

De este desafío sale una idea, un matiz que muy a menudo cambia las reglas del juego para mejor y, en consecuencia, el resultado en esta “batalla” contra el sedentarismo.

Si aplicas lo que te voy a enseñar hoy, lo tienes chupado.

Justo el mismo día Carlos me respondía al correo de conócete a ti mismo y que tiene que ver con la “lección” de hoy.

Puede servir de titular:

<<El que piensa mucho para dar un paso se arriesga a pasar la vida parado en un solo pie>>.

La conversación con Toni es parte del feedback de la tercera semana de Movilidad Natural.

Toni parece un tío muy serio en los vídeos, aunque sospecho que es de lo concentrado que está.

Porque luego, en los reportes en texto, siempre tiene alguna salida de esas que no te esperas y que te arrancan una carcajada.

Creo que en el fondo Toni es un tío muy cachondo que se lo está tomando muy en serio. Mola.

El caso es que lo de integrar le está costando.

Bueno, ¿y a quién no?

Integrar es uno de los grandes propósitos y desafíos en paralelo de este jaleo: que tu vida esté tan impregnada del uso utilitario de tu movilidad que no necesites ni estirar ni dedicar tiempo extra ni leches.

Que sea algo natural en ti.

Tal como están las cosas y como siguen avanzando, no es fácil y cada vez lo será menos.

—Alexa, enciende la luz. Roomba, ponte a limpiar. C3PO, ¿me traes el café a la cama?

Entonces Toni, como muchas personas, piensa que es una cuestión de organizarse mejor, y que el uso de alarmas le ayudarán en su misión.

Y bueno, en parte eso de organizarse está bien, como lo de las alarmas, aunque no es lo primordial.

Lo que importa, lo que cambia las cosas es disparar y dispararse.

Verás.

En realidad el gran obstáculo no es cómo crear un buen plan.

Lo fundamental es llevarlo a cabo.

Y para eso no es tan importante tener el cargador hasta los topes de balas y el punto de mira calibrado.

Porque no es una cuestión “mental”, racional, como organizarse.

Si le prestas atención a la mente en ese momento, no te va a soltar un discurso en plan:

“Uy. Ha sonado la alarma. Me la puse justo ahora porque es el momento ideal para moverse un poco. De hecho, sabes que es muy importante, estás muy concienzado de que el sedentarismo es muy malo y tienes que moverte y blablablá… ¡Vamos a movernos!¡¡Qué alegría!!”.

¡Qué va!

Lo que hará es decirte algo así:

“Uff. ¿Ahora tengo que hacer la rutina de columna? Espera, espera un momentito que ahora justo estoy con este email tan importante, o chateando con Pepito, o liado con no sé qué, o acabando no sé cuántos, o… bueno… que simplemente no me apetece”.

Recuerda: la razón de ser de la razón es tener razón.

Como la encuentre, por mucha “excusa” que sea, te la vas a creer y succionará tu atención (y conducta).

Y, en este caso, no te vas a mover.

Que era el objetivo de la alarma, del “disparador”, que te movieras.

La clave está en disparar.

Luego ya afinarás tu puntería a base de práctica.

Entonces, cuando suena la alarma, sea cuando sea, que no importa tanto el momento ni haberse organizado, tú lo que tienes que hacer es disparar.

¡Pam!

¡¡Disparar!!

¡Eh! Que no es racional. No le des tiempo a la razón.

Tiene que ser algo como visceral.

Te organices como te organices, cuando suene el disparador, ¡dispara!

¡¡Dispara!!

¡¡¡Dispara!!!

Muévete primero. Piensa después.

Entre otras muchas cosas, en Movilidad Natural estamos más de 56 días seguidos practicando esto.

¡Pam! ¡¡Pam!! ¡¡¡Pam!!!

Rober Sánchez

PD: Dispara. En el enlace.