Parece ser que mi hija es idiota

Hablemos de motivación, que es un gran dolor de cabeza para la mayoría de nosotros.

Y de los expertos en motivación que, sin darnos cuenta, nos pueden estar provocando muchos dolores de cabeza.

Y sobre una pregunta que te los puede quitar de golpe, todos esos dolores.

Ando algo preocupado estos días.

Parece ser que mi hija es idiota.

No estoy preocupado por eso.

Porque la tía, la verdad, está creciendo súper bien. Ya van casi veintiún meses.

Y se la ve sana, espabilada, interesada en sus cosas, sobre todo en “leer” sus cuentos, explicarte sus historias, y cantar y bailar ya con bastante sentido del ritmo.

Por no hablar de cómo se mueve, ¡cómo se mueve mi niña!

Mi preocupación viene de otro lado.

De este otro lado:

Los expertos en motivación no dejan de bombardearnos con dos mensajes absurdos a más no poder, pero que nosotros nos estamos creyendo demasiado, tanto que pensamos que son la única alternativa, como si no hubiera otras formas de vivir, y de moverse.

Y muy a menudo, demasiado a menudo, empujándonos más a la parálisis que a la acción, que a vivir, a movernos.

La primera: “tienes que” marcarte un objetivo como motivación.

En cuestiones de movimiento ya nos los sabemos de memoria: estética, rendimiento o salud.

Si no te marcas objetivos, no avanzas. Dicen.

La segunda: “debes” marcarte un objetivo que sea SMART.

Smart en inglés significa inteligente.

Y los expertos en motivación aprovechan cada una de las letras para sacarse de la manga que esos objetivos (supuestamente) inteligentes “tienen que” ser:

S – Specific – Específicos

M – Measurable – Medibles

A – Achievable – Alcanzables

R – Realistic – Realistas

T – Time-limited – Limitados en el tiempo

Si tus objetivos “inteligentes” no son específicos, medibles, alcanzables, realistas y limitados en el tiempo, no avanzas. Dicen.

Bueno, si tú lo dices…

Volvamos a Abril y sus veintiún meses.

Y, por limitar un poco el marco, a su movimiento.

Fíjate en dos cosas:

Abril JAMÁS se ha marcado un objetivo concreto como motivación, y mucho menos relacionado con los típicos que “debe” tener una persona para motivarse para moverse (estética, rendimiento, salud).

De hecho, derivado de lo primero, Abril JAMÁS se ha marcado un objetivo inteligente.

Es decir, específico, medible, alcanzable, realista, limitado en el tiempo.

Total, que además de andar por la vida sin objetivos ni motivaciones de revista y libros de autoayuda baratos, la pobre niña lo hace más perdida que un daltónico intentando solucionar un cubo de Rubik.

Según toda esta banda, Abril (y el resto de la humanidad cuando pasa por la niñez, o sea, todos nosotros) no va a conseguir nada en la vida.

¡Peeeero!

Pero resulta que, algo así como misteriosamente, Abril ha aprendido y puede (por poner algunos ejemplos):

· Caminar, correr y saltar.

· Subir las escaleras del tobogán y trepar por una espaldera.

· Mantener el equilibrio en un listón y caminar por él sin caerse.

· Tirarse al suelo, rodar y hasta hacer volteretas (esto es lo más reciente).

· Levantar objetos pesados (para ella) como su caja de los juguetes, un disco de 5kg o a su perrita Lula (si la pilla desprevenida).

· Lanzar objetos como pelotas o cualquier cosa que pille (a veces también lo intenta con Lula, pero aquí la chihuahua ya se cabrea y se revuelve).

Y en cuestiones de fitness esto significa que, al mismo tiempo y prestar la más mínima atención a estas chorradas, ha ganado fuerza, movilidad, coordinación, equilibrio, agilidad… y salud y belleza (bueno, esto último lo lleva en los genes, claro).

Y todo sin marcarse objetivos inteligentes.

Especialmente (me llaman mucho la atención estos dos) ni realistas ni limitados en el tiempo.

O sea, para ella, IMPOSIBLES y SIN NINGUNA URGENCIA NI PRISA.

¡Bendita idiotez!

Bueno.

Está claro que ni Abril, ni el resto de peques, ni ninguno de nosotros somos idiotas.

Lo que pasa es que nos hemos idiotizado con tonterías que, en realidad, no hace falta que nos preocupen demasiado.

Total, si tú te mueves, si te centras en moverte de verdad, el propio movimiento te motiva a seguir moviéndote y, como quien no quiere la cosa, te vuelves ágil, fuerte, móvil, coordinado, equilibrado…

…exactamente igual que como lo hacen los peques.

Te enseño una manera: Invertidas – El arte de moverte bocabajo

Rober

PD: la pregunta quita-dolores de cabeza: ¿Cuándo fue la última vez que te moviste por moverte, por aprender algo nuevo, por mera curiosidad?

PD2: ojo que esto no es un discurso anti-objetivos. Es un mensaje anti-“esa es la única forma y de lo contrario estás perdiendo el tiempo y no vas a progresar”.

PD3: en Invertidas te centras en moverte y curiosear y aprender, y utilizas los objetivos como herramientas. Para que veas: combinamos las dos cosas con “inteligencia”. Arriba.