Me siento torpe

Estás trabajando sobre una movilización nueva para ti, algo realmente desafiante para tus escápulas o tu columna a nivel de control motor.

Estás practicando un paso de baile que recién te acaba de enseñar tu profesor.

Estás puliendo un detalle de un ejercicio de calistenia o un levantamiento de halterofilia o de tus invertidas o verticales.

Estás probando por primera vez una transición entre dos posturas de yoga que nunca habías intentando antes.

Y te sientes torpe.

Sentirte torpe es desagradable.

Pero vale la pena prestar atención a 4 consideraciones.

1. Sentirte torpe es normal.

Si estás aprendiendo algo nuev, ¿cómo esperas sentirte?

Lo raro, incluso lo preocupante sería que no te sintieras así.

Podría ser un indicativo de que estás perdiendo el tiempo.

Un tiempo que podrías dedicar a aprender de verdad, a moverte mejor, sintiéndote torpe con frecuencia.

2. Sentirte torpe es bueno.

Significa que el camino que tienes por recorrer a nivel de aprendizaje y de mejora de cualquiera de los atributos implícitos en eso que estás practicando es mayor.

Moverse mejor implica explorar territorios desconocidos. Si los desconoces, puedes sentirte perdido a menudo.

Si no te sientes torpe, lo más probable es que estés repitiendo demasiado, con lo que eso implica, especialmente en lo relacionado con lesiones de repetición (por no hablar de la atrofia cerebral paralela).

Tu torpeza es la confirmación de que vas por buen camino.

Es una buena brújula para moverte mejor.

3. Sentirte torpe es útil.

Como en todo lo demás, si te fijas bien, el lado oscuro de las cosas acostumbra a esconder las motivaciones más efectivas.

El hambre, la tristeza, la escasez, el miedo, la frustración, la culpabilidad, el dolor… esas cosas que no queremos sentir nunca, que intentamos prevenir, por no decir evitar a toda costa y a cualquier precio, suelen ser la chispa que enciende la llama de los cambios más importantes de nuestras vidas.

¿Por qué esquivarlo? Cuando sentirte torpe puede ser tu mejor motor.

¿Te sientes torpe? Muévete y persiste. Es la única forma de sentirte menos torpe –algún día.

Y 4. Sentirte torpe es relativo.

Te sientes torpe… ¿comparado con quién?

¿Con tu gurú favorito, con ese chaval de 22 años que has visto en algún vídeo chachipiruli, con el profesional que vive por y para eso tan espectacular?

Tal vez deberías compararte solo con una persona: contigo mismo.

Y si lo haces desde la aceptación de tu torpeza y la comprensión de que no es tan mala idea eso de sentirte torpe,

y continúas en movimiento explorando deliberada y experimentalmente tu mediocridad,

te darás cuenta de que en realidad cada vez eres menos torpe,

comparado con tu yo de ayer. Y con nadie más.

Si quieres aprender a moverte mejor gracias a sentirte bastante torpe de vez en cuando, tengo este curso:

Locomociones – Desarrolla un cuerpo hábil y muévete con inteligencia

Rober

PD: be torpe my friend. Rober Lee. En el enlace.