Las calorías y los kilos que engordas o adelgazas o hipertrofias.
Los kilómetros, las pulsaciones, las marcas y los récords personales.
Los porcentajes de músculo y de grasa, o de carbos y de protes, o de sueño ligero y sueño profundo.
Las repeticiones, las series y los kilos que levantas. Y el volumen, la carga o la intensidad.
La fuerza, la movilidad, la resistencia, la estética y la salud.
La programación, la planificación, la estructura.
Los resultados. Y los objetivos.
El control.
¿Una vida de verdad, humana? ¿O industrial, maquinista, robotizada?
Cuando haces una, solo una flexión o dominada.
Cuando sales a correr, o a ir en bici, o a nadar.
Cuando practicas yoga, Pilates o tai chi.
Cuanto te inviertes, o te cuelgas, o te locomocionas.
Cuando saltas, caminas, escalas, bailas.
No cuentes.
Hazte estas dos preguntas:
¿Dónde pongo mi atención, mi energía y mi tiempo?
¿He aprendido algo hoy?
Después de las dos preguntas, cuando seas muy consciente del papel que juegan los números,
y sepas cómo hacerlo para que te sirvan y no les sirvas tú a ellos,
entonces cuentas, si quieres.
Total, si te enfocas en las dos preguntas, los números, las fugas pueden convertirse en meras consecuencias.
Un curso en el que lo primordial son los focos.
Cuanto más cuentas, más fácil es que te caigas.
Invertidas – El arte de moverte bocabajo
Rober
PD: sin fugas. En el enlace.