Son tres tesoros que no son dinero.
El dinero, aunque juega un papel importante, porque todos los papeles lo son, no es el protagonista de la película.
Ojo. Que los secundarios desean llegar a estrellas.
La película:
Estás en la orilla de la playa.
Los tres tesoros se comportan igual que el agua.
Tú pones las manos juntas, en forma de cuenco.
Te agachas.
Intentas coger un poco de agua.
Y lo consigues… momentáneamente.
Hagas lo que hagas, se te escurre entre los dedos.
Aunque depende de cómo pongas las manos, disfrutas más de la ilusión de haberla cogido.
Y así cada día.
Cómo administras los tres tesoros es lo que determina la forma en que vives (te mueves).
Hay dos preguntas.
Una forma en la que puedes saber, al final del día, si lo has hecho bien, si ha valido la pena, si estás en el buen camino, cómo termina el episodio y en qué condiciones empezará el siguiente.
El escenario es el peor de los posibles, hasta el momento.
Porque seguirá empeorando.
Si no te pones las pilas ahora, cuando lo quieras hacer te costará más.
La atención está cayendo en picado. Dicen que hemos pasado de ser capaces de atender a algo en concreto durante 12 segundos a hacerlo solo 8.
La energía es la que es. No da para más. Y vamos tan a tope que la sensación de fatiga crónica, de ir siempre cansados, es la nueva normalidad. ¿Por dónde se escapa?
El tiempo no vuelve. Y cada día lo malgastamos en tonterías.
El dinero no es dinero. Es el símbolo del resultado.
Tú lo que quieres son resultados, ya, ahora, rápido, fácil.
El control es la ilusión.
Si controlas la situación, dominas las matemáticas y haces lo que tienes que hacer, todo irá como la seda.
Los resultados están asegurados. Solo necesitas persistir.
Y mientras, los tres tesoros se te siguen escurriendo como agua entre los dedos.
Las dos preguntas para saber si el día (la práctica) ha valido la pena,
si la vida (el movimiento) va por buen camino:
1 ¿Dónde pongo mi atención, mi energía y mi tiempo?
2 ¿Hoy he aprendido algo?
Un curso en el que aprendes un montón de cosas, entre ellas a administrar la atención, la energía y el tiempo:
Invertidas – El arte de moverte bocabajo
Rober
PD: Moverse y vivir. Lo mismo. Así como haces uno, haces lo demás. En bucle. Hazlo bien. En el enlace.