En realidad son 2 masterclass.
Una de psicología y otra de “entrenamiento del core”.
En un momentito, ¡pam, pam!, dos clases magistrales que me dan sin pagar un duro.
Bueno, el precio de un café.
Te cuento:
Sábado.
7:30 de la mañana.
Abren la cafetería.
Entro.
Y conmigo mis tres acompañantes de café de los sábados.
Siempre son los primeros, conmigo.
Se sientan a mi lado.
Son dos mujeres de unos cincuenta y un chaval de veintipocos.
Trabajan enfrente, en el departamento de teleasistencia del Ayuntamiento de Barcelona.
El servicio del botón que se cuelga la gente mayor del cuello por si les pasa algo y necesitan ayuda.
Son buena gente y hacen un trabajo importante.
¡Hoy hablan de ejercicio!
¡¡Vaya!!
Enciendo el ordenador.
Esto pinta bien.
Voy a poner la oreja.
-¿Qué era eso que haces tú? Porque no son pesas, ¿verdad? -pregunta una de ellas.
-No. Entreno con mi propio peso. Hago dominadas, flexiones… -responde el joven.
-¿Y abdominales también?
-Mmm… No. Es que en la calistenia, en todos los ejercicios que hago, los abdominales ya están involucrados. No hace falta que haga nada más.
¡Pam! Primera masterclass.
Pero la mejor es la segunda, la de psicología.
-Así estás, hijo. Como una roca -comenta la otra.
-Bueno, sí, puede. Me mola -dice él, encogiendo los hombros.
Se hace un momento de silencio, mientras se zampa una de las tostadas del desayuno.
-Pero ¿sabes una cosa? En realidad no lo hago por eso. Lo hago porque me sienta bien. Y porque si no lo hago me encuentro mal, desganado, chafado o a veces con ansiedad.
Otro mini-silencio.
La masterclass de psicología:
-Yo siempre se lo digo a todo el mundo. Si estás mal, haz ejercicio. Se te pasa.
Olé tus huevos.
Gracias.
Y ahora yo añado:
Imagínate que el “ejercicio” no es ejercicio, sino movimiento integrado en tu vida.
O sea, ya ni “tienes que” hacerlo, sino que moverte de manera frecuente y diversa es algo que ocurre habitualmente en tu día a día.
Lo vemos todo aquí:
Rober
PD: te sientes mejor, todo tú, el cuerpo y la cabeza. Sin más. En el enlace.