Hoy va de retos y despedidas.
Lo de moverte en un espacio reducido es uno de los mayores retos.
Y de los grandes retos se aprenden un montón de cosas.
Más cuando el espacio reducido es tu propio hogar.
Más cuando tu propio hogar es medio, normal, mediocre –y está muy bien así.
Podría quedarme con algunas conclusiones evidentes.
Como que la mayoría de nosotros vivimos en espacios demasiado reducidos.
Y que pasamos demasiado tiempo dentro de ellos.
Y demasiado poco fuera.
Y que nos podríamos mover mucho más fuera si no pasáramos tanto tiempo dentro cuando, paradójicamente, moverse dentro es mucho más complicado que moverse fuera y va y elegimos quedarnos más tiempo dentro.
Y más cuando dentro todo está demasiado lleno de demasiadas cosas que no nos dejan movernos demasiado.
*Si rozas el 1.90, más difícil todavía.
Pero no.
Yo me quedo con esto:
Moverte dentro es una posibilidad más.
Para tener más presente lo de arriba.
Para comprender mejor tus proporciones.
Para jugar con los límites del espacio.
Para sentirte incómodo, tosco, interrumpido por las paredes, y seguir.
Para darte cuenta de lo poco que necesitas.
Si hablamos de material y gimnasios y hierros y cuotas, pues ya nos echamos unas risas.
Hoy es un día de despedida.
El escenario del vídeo ya no lo verás más –excepto en algunas grabaciones de mis distintos cursos.
¿Qué traerá el mañana?
Quién sabe.
Nuevas posibilidades. Eso seguro.
Mira:
Rober Sánchez