Ya sabes que lo más difícil de esto de moverse, y que al mismo tiempo lo hace muuuucho más fácil, es exponerte con frecuencia a prácticas de movimiento y experiencias en movimiento que te hagan sentirte incómodo, torpe, un tanto inútil, incompetente, incapaz… mediocre.
Es justo ahí donde tienes mucho más que ganar, aprender, vivir.
No en lo que ya sabes hacer, sino en lo que no sabes hacer.
Mucho más que ganar, aprender, vivir.
Infinitamente más que repitiendo y repitiendo y repitiendo siempre las mismas historias, correr desesperado y sin sentido en la rueda de hámster.
Luego, a nivel más tangible, diario, práctico, de nuevo sin ninguna duda, lo más difícil es otra cosa.
Y esta vez no usaré el truco de la intriga.
Te lo digo directamente de tan obvio que es aunque, curiosamente, siga y seguirá siendo lo más difícil.
Perseverar. Ser constante. Persistir. Insistir. Mantener la disciplina. Moverse consistentemente.
No vamos a perdernos en las causas de tal dificultad, que son principalmente:
· El instinto por ahorrar energía.
· La obsesión del entorno en que no nos movamos.
· Y lo fácil que es distraernos con construir castillos de naipes en la cabeza (queremos muchas cosas al mismo tiempo, cuando solo podemos abarcar unas pocas a la vez, lo paradójicamente que nos lleva a más parálisis y menos acción).
Sí quiero remarcar que, precisamente, justo porque eso de perseverar y cumplir es tan difícil y lo seguirá siendo los programas del Laboratorio funcionan como funcionan, son como son.
Mira.
En esto de internet y moverse, hacer ejercicio y blablablá, el 99% de programas que encontrarás son del estilo “tú te lo guisas, tú te lo comes”.
Esto es: quien te los vende no se involucra porque sueña con ganarse la vida a base de “ingresos pasivos” y vivir en una playa sin hacer ni el huevo. Está de moda en Internet.
Hay a quien le funciona este tipo de programas. Qué bien. Las estadísticas dicen que a muy pocas personas.
La mayoría de los programas no se completan, se dejan a medias, se abandonan en un cajón o una carpeta perdida en el ordenador.
¿Por qué?
¿Los programas son “malos”? ¿La metodología no es eficaz? ¿El creador es un fraude?
Puede que sí, puede que no. No lo sé.
Lo que está claro es que el primer “secreto” para que un programa funcione es hacerlo.
Perseverar. Ser constante y consistente. Cumplir.
Y la mayoría no lo hace, porque persistir es lo más difícil.
Y es justo en lo que se escuda el gurú de turno que no se involucra.
Aaahhh… Es culpa tuya. No has perseverado. Eres tú quien ha fallado. Yo ya te dije lo que tenías que hacer.
Y así te hundes en la miseria de la culpa y la frustración, y te machacas más en lo inútil e incompetente que eres por no haber terminado un programa más.
Bueno.
Pues yo, que tengo defectos y virtudes como todo el mundo, no quiero dejarte solo.
Uno de mis puntos fuertes, tal vez el que más, es que te lo pongo más fácil en lo más difícil.
Perseverar, ser constante y consistente, cumplir es más sencillo si quien te enseña también se involucra, te acompaña y te guía directamente.
Por eso Movilidad Natural tiene el formato que tiene, tan personal, tan “machacante”.
Tan de estar encima, y ver los vídeos, y hablar por Telegram, y contactar como mínimo 42 veces en 8 semanas (no es un número al azar; es el mínimo real).
Y entre otras cosas, justo por eso tiene el precio que tiene, claro.
Rober
PD: Es un training de movilidad utilitaria y control articular. Y de hábitos la mar de naturales, aunque ahora no lo sean. Y de perseverancia. Arriba.