La cobardía de la número 1 del tenis al retirarse a los 25

“Quiero disfrutar de la siguiente fase, pero quiero hacerlo como Ash Barty persona, no como Ash Barty tenista» – Ash Barty

Voy a plantearte una cuestión que puede serte especialmente útil para saber tomar decisiones alrededor de cómo moverte.

Se ve que Ash Barty, número 1 del tenis durante los últimos dos años, se retira a los 25.

Leía titulares en plan:

Conmoción en el mundo del deporte.

Sorpresa en el tenis mundial.

Y también comentarios en alguna de las noticias.

Para ser número 1 hay que saber aguantar la presión, y esta chica no sabe.

Barty demuestra ser una cobarde. Un verdadero número 1 saca la motivación de dónde sea. Debería aprender de Nadal o Djokovic.

¿Es Barty una fracasada?

Hay una pregunta mejor.

Enseguida voy con ella.

Pero respondiendo a esta, para mí no.

El único fracaso aquí, uno más, es el de la cultura y la industria del deporte, que sigue y sigue con las mismas.

Ella ha sido valiente.

Como Biles este pasado verano, por ejemplo.

Si no, pues ya sabes, puedes acabar como Phelps o Gervasio Deferr, por nombrar algunos.

Se habla demasiado poco, DEMASIADO poco de los problemas de salud mental que hay detrás del deporte de competición.

También de lo que pasa tanto cuando uno alcanza el número 1 como cuando termina la carrera profesional.

El vacío, la depresión, la desmotivación extrema, la ansiedad.

Las pastillas, el alcohol, la comida compulsiva, otras adicciones o incluso el suicidio.

Y fíjate, menudo problemón, porque lo es…

…pero el PROBLEMA más gordo no es ese.

Lo chungo, en realidad, es que los “principios” y “valores” del deporte son los que rigen cualquier práctica deportiva, cualquiera, incluso la de los más peques.

Como los chavales de 10 años que veo en la pista de atletismo al pasear por la playa, mirando el crono constantemente al terminar sus series de entrenamiento.

No hay nada más enfermizo.

No somos conscientes de los desastres mentales que hay detrás de estos gestos tan “obvios”, normalizados.

Mira.

Probablemente, sin darte cuenta, como es lo que has mamado (no es culpa tuya), tú también estás en ello.

Ojo, porque todo esto no es un problema de la élite solamente.

Y otro ojo, porque todo esto tampoco es un problema de no saber “gestionar” las emociones, la presión o yo qué sé –explicaciones que sobrecargan todavía más el sentimiento de culpa y fracaso del deportista.

Luego va y hay psicólogos que insisten en que un buen deportista necesita prepararse para ello.

Claro, bajo su tutela y pagando una pasta.

No hay mensaje más dañino.

No se puede ser más cretino.

Y esto lo hacen especialistas de la salud mental…

Luego hay quien se sorprende del asco que transmito hacia los expertos y académicos de turno.

Venga, va.

Avancemos.

La otra pregunta que es mejor:

¿Cómo puede ser que alguien de la élite que ha dedicado toda su vida a ese propósito tan “existencial” de ser la número 1 en un deporte, con el “entrenamiento” psicológico que ello conlleva, acabe literalmente según sus propias palabras…

«Estoy agotada. Ya no tengo nada más que dar»?

Y eso solo a los 25…

Es para darle unas vueltas.

Bueno.

Al menos Ash se ha armado de coraje y ha dado el paso.

Se ha despedido de manera políticamente correcta.

Pero en el fondo todo se resume en esto:

Tener esa mentalidad “deportiva” y sostener la práctica en ella es insoportable, incluso para una número 1.

(A no ser que te conviertas en una «máquina», como se suele decir, o sea, te deshumanices).

O, dicho de otra manera más clara, ha acabado hasta los huevos.

Yo entiendo ciertas resistencias para dejar atrás el resultadismo, los objetivos y «ser tu mejor versión».

He pasado por ellas.

Pero si haces ejercicio o deporte o entrenamiento y tal, y en el fondo sabes que estás hasta el gorro y que no tiene sentido seguir persistiendo, que sepas que hay alternativas.

Y ahí dentro del movimiento hay una que puede encajarte un poco mejor y ayudarte a salir de la jaula.

Esta: Locomociones

Rober

PD: ¿Para cobardes? No. Para valientes. En el enlace.