Sí.
Dan 9 y 4.
Es todo lo que necesitas para moverte mejor.
Caí ayer, al escuchar la entrevista que le hizo Tim Ferriss a Leo Babauta hace unas semanas en su podcast.
De la entrevista te hablaré mañana, porque Babauta comparte una ¿lección?… ¡Qué va!
¡¡Una masterclass sobre hábitos y planes!!
Que bien se puede aplicar al gran hábito de moverse.
Pero eso lo vemos mañana.
Ahora centrémonos en el eureka de ayer.
En el 9 y el 4.
Antes, ¿quién es Leo Babauta?
Bueno, igual que para mí Nassim Taleb es mi filósofo personal para entender la vida (sin llegar a solucionarla, porque no se puede),
o de la misma forma que Seth Godin es mi mentor particular para vivir una vida plena solucionando problemas cotidianos,
Leo Babauta es el Jedi del minimalismo.
De tratar de simplificar las cosas en la medida de lo posible y, por si fuera poco, disfrutar del proceso y de dicha simplicidad.
Porque, como vengo insistiendo desde hace tiempo,
más después de “dar” vida a una criatura (aunque eso fue más cosa de mi mujer) y al poco tiempo estar cerquita de perderla (la mía),
moverse mejor, con cabeza y hacia la complejidad y diversidad, tiene mucho que ver con tener rutinas “tontas”, simplificar y gozar de lo simple, encontrarle el gustillo.
Menudas paradojas.
Total que, escuchando la entrevista, me di cuenta de una de las cosas más chulas que me han pasado en estos últimos años…
…y que da que pensar.
Mira.
Yo antes era carne de gimnasio.
Iba a diario y hacía de todo.
Cardio, pesas, máquinas, poleas, clases varias.
Hasta que me topé con el Método Natural de Georges Hébert y su “ser fuerte para ser útil”.
Y luego con la gimnasia, las verticales, la danza, el circo, los juegos con una (¡solo una!) maldita pelota de tenis.
Y me dí cuenta de lo poco que se necesita para estar en forma.
Fuerte, móvil, ágil, hábil.
Para moverse bien. Y mejor.
Moverse bien, moverse mejor, aparte de todas las cosas que vamos repasando en estos correos, es un ejercicio de minimalismo.
Al final es tu cuerpo, eres tú prácticamente todo el material que necesitas.
Y un área libre de material.
Un cacho de suelo.
Un espacio diáfano, sin trastos, despejado.
Minimalista.
De hecho, es la prueba del algodón del movimiento.
Si sabes qué hacer, si tienes opciones, si puedes explorar diversas posibilidades de movimiento con solo tu cuerpo en un espacio libre y reducido,
puedes hacerlo en cualquier condición y con cualquier material.
Al revés no.
Es más, depender de material, instalaciones, cachivaches… ¡te limita!
Hablando de minimalismo, libertad, posibilidades y espacio.
Resuelvo un par de dudas habituales:
Para practicar Locomociones solo necesitas 3×3 metros de espacio.
Para practicar Invertidas con 2×2 es suficiente.
Rober
PD: complejidad y simplicidad al mismo tiempo. Y minimalismo. Y libertad. En los enlaces.