Ahí va la masterclass que Babauta regala en la entrevista que le hizo Tim Ferriss hace unas semanas.
Se puede aplicar a cualquier buen hábito, moverse más y mejor incluido.
Nace en un error, el peor según él.
Y termina con un plan, el mejor según él.
Hay que tener en cuenta que el bueno de Babauta no es un maestro en esto del minimalismo.
Es el maestro.
El tipo no solo ha implementado todo lo que enseña en su propia vida, dando un ejemplo fiel y transparente a través de su blog Zen Habits (que te recomiendo).
Además, lleva diría que unos 10 años consecutivos petándolo en su curso anual sobre cambios de hábitos hacia la simplicidad.
Hablamos de decenas de miles de alumnos y alumnas de todo el mundo.
O sea que el tío sabe.
Sabe de saber y sabe de experiencia personal y sabe de haber enseñado a otros y compartido con otros un montón.
Sabe de verdad.
Entonces, él dice que el peor error que comete prácticamente todo el mundo al cambiar e incluso al tratar de mantener un buen hábito es este:
No estar preparado para cuando las cosas se tuercen.
Para cuando fallas.
Para cuando surge un imprevisto.
Para cuando las condiciones no son favorables.
Porque, claro, cuando nos planteamos algo, pues solemos caer en ese error,
hacerlo creyendo que todo va a ir como la seda y que las condiciones ideales que nos habíamos imaginado en nuestra cabeza van a seguir así, intactas por los siglos de los siglos.
En cuestiones de ejercicio y movimiento, por ejemplo, creemos que nuestra motivación siempre estará por las nubes, nuestro compromiso siempre será máximo y los gimnasios siempre estarán abiertos.
Error.
¿Cómo lo soluciona Babauta?
(1 Planteando el hábito en condiciones no ideales, tanto internas como externas.
(2 Generando un plan B para cuando las cosas se tuerzan. Porque ocurrirá.
Un crack.
Cuando hablo de la dependencia de los gimnasios y el material
(e incluso la niñera personal al lado contando repeticiones y dando voces y palmas)
hay quien piensa que me meto gratuitamente con todo eso.
Cuando yo soy el primero que estuvo más de una década trabajando en la industria,
y cuando me sigue gustando disfrutar de un gimnasio y de poder utilizar material.
Eso sí, mínimamente.
Y lo de la niñera no. Eso no. Prefiero ser autónomo y libre y darle a la cabeza, además de al cuerpo.
Porque, como explicaba ayer, la prueba del algodón del moverse bien, mejor, y la clave de la libertad de movimiento
es saber moverse en las “peores” condiciones y con el mínimo material e instalaciones.
¡Y sin planes!
Que lo que se trata es de aprender y seguir aprendiendo (movimiento),
Y no de repetir y seguir repetiendo (ejercicios).
Eso no engaña.
Y te hace libre, responsable, autónomo.
Y es sostenible y aplicable incluso en las peores condiciones —como las de ahora.
La mejor manera que se me ha ocurrido para iniciarse la enseño en este curso:
Locomociones — Desarrolla un cuerpo hábil y muévete con inteligencia
Rober
PD: sigues un plan de 12 semanas y luego nos cargamos el plan para que dejes de depender, del plan y de mí.
PD2: solo necesitas tu cuerpo y un espacio diáfano. 3×3 metros en tu casa está guay. Un parque al aire libre, al solete, mejor. En el enlace.