“¿Cómo debemos movernos?”

Seguramente no es la pregunta más interesante.

De hecho, suele ser un error, una trampa hacértela.

¿Cómo necesitamos movernos?

Esta podría tener más chicha.

Parece que algunos requerimientos mínimos son necesarios.

A la práctica me quedo con caminar, agacharse y colgarse de forma frecuente y variada.

Cuanto más, mejor. Si es integrado en la vida cotidiana, más mejor.

Luego añadir algunos estímulos más vigorosos, complejos, diversos, puntualmente.

A partir de ahí, el “nosotros” se diluye para convertirse en yo y en…

¿Cómo puedo moverme?

Más jugo todavía.

Desde luego más que cómo necesitamos movernos, e infinitamente más que cómo debemos hacerlo.

Ya no es una necesidad común, plural.

Es una posibilidad personal, singular, en un momento (vital) dado, en un entorno dado, en una historia dada.

En un contexto y condiciones —personales.

Hay una certeza chula escondida detrás de esta pregunta:

Cuantas menos posibilidades explore hoy, menos posibilidades tendré mañana.

Todas esas preguntas se quedan en nada, si las comparas con la siguiente:

¿Cómo queremos movernos?

¿Cómo quieres moverte?

Esta es la cuestión.

En último término, siempre siempre siempre es la pregunta que debes, necesitas y puedes responder.

Es la más importante de todas y la que responde a todas al mismo tiempo.

Y solo hay una forma de resolverla.

De hecho, si la respondes como debes, necesitas y puedes, esas otras cuestiones dejan de ser una preocupación.

Pista: no es ni leyendo ni pensando. Tampoco haciendo ejercicio ni siguiendo un programa.

Una bonita forma de plantearte y responder estas preguntas a diario, sobre todo CÓMO QUIERES MOVERTE, la practicas en este curso:

Locomociones — Desarrolla un cuerpo hábil y muévete con inteligencia

Rober

PD: se requiere responsabilidad, compromiso, autonomía y ansias de libertad, disfrutar y aprender. Estando en esta lista de correo, entiendo que las tienes. Lo demás, mi soporte directo incluido, está en el enlace.