-Rober, me estás liando. Tal como me lo pintabas con lo de la atención, la energía y el tiempo, no me imaginaba que podía haber algo peor.
Pues sí.
Sí hay algo peor que tener fugas en tus tres tesoros y que se te escurran como agua entre los dedos.
Hay algo peor que enfocarse en los objetivos y el resultado, en lugar de hacerlo en la orientación y el aprendizaje.
Mira.
La naturaleza humana tiene una característica que es un arma de doble filo para nuestro comportamiento, nuestra vida, nuestro movimiento.
El ser humano por naturaleza es un ser social.
Eso tiene sus ventajas y sus desventajas.
Tenemos necesidades sociales.
De pertenencia, de seguridad, de propósito comunitario, de aprobación.
Las ventajas y desventajas conviven diluidas entre estas necesidades.
Muévete en uno de los dos extremos, solamente tú solo en tu soledad, o únicamente agrupado en un grupo, y estás muerto.
Con la atención, la energía y el tiempo tienes que vigilar, cuidarlos.
Es fácil perder el foco, tener fugas.
Centrarte en el resultado.
Tú solo.
Eso es chungo.
Hay algo peor que enfocarte en el resultado tú solo.
Porque todavía engancha más, esclaviza más, te hace obedecer más, te hace depender más.
Y de dónde es más difícil todavía escaparse, fugarse, moverse.
Formar parte de un grupo enfocado en el resultado.
Eso es peor.
Lo peor.
He aquí una manera entre muchas otras de aprender a moverte mejor sin necesidad de lidiar con las desventajas sociales.
De hecho, es algo que se aprende mejor a solas, en tu casa o en el parque, de tranquis, con tu musiquita guay.
Invertidas – El arte de moverte bocabajo
Rober
PD: hay ventajas sociales, por supuesto. Pronto hablaremos de ellas.
PD2: foco, autonomía y libertad. Sin miedos ni comparaciones ni competiciones ni dependencias grupales. En el enlace.