El secreto de la motivación en una película

Hay una escena de la película El Rey Pescador que:

· Fulmina magistralmente cualquier relato simplón acerca de las motivaciones y desmotivaciones para moverte mejor.

· Aniquila toda verborrea sobre lo difícil, lo divertido, lo fácil o lo que sea que pueda resultarte en un momento dado.

· Y resume por qué vale tanto la pena salir de la jaula de lo convencional y dejar de hacer tanto ejercicio.

Es de madrugada.

Parry (Robin Williams) y Jack (Jeff Bridges) están en medio de Central Park, en plena oscuridad, solos. No hay ni un alma.

No se escucha nada, aparte del ruido lejano del incesante tráfico neoyorquino.

Tampoco se ve muy bien. La amplia pradera en la que se encuentran está tímidamente iluminada por unas farolas que la limitan al fondo de todo, a unos cien metros de distancia.

Parry está de buen humor, porque siempre lo está, aunque al mismo tiempo se muestra indignado, un tanto molesto, quejoso por los límites y los miedos que impone la sociedad, lo convencional, la cultura de la obediencia.

De repente, sin avisar, se empieza a quitar el abrigo, las botas, la gorra.

—¿Qué haces? —le pregunta Jack, entre sorprendido y sobresaltado.

­—El tiro a la nube. ¿Nunca lo has hecho? Te tiendes de espaldas, y te concentras en las nubes y las rompes con la mente. Es bestial. Pero tienes que estar desnudo para poder transmitir la energía psíquica.

—¡No puedes hacer eso! ¡¡Esto es Nueva York!! —le interrumpe Jack —. No se puede estar desnudo en un prado de Nueva York. Es muy provinciano. Anda.

Demasiado tarde. Parry ya se ha quitado la camiseta, los pantalones y los calzoncillos. Está completamente desnudo.

Saltando y mirando al cielo, mueve el culo de un lado a otro varias veces.

—¡Venga, Jack! ¡Es bestial! ¡¡Es muy liberador!! El aire en el cuerpo, los pezones duros y el gusanito colgando al viento.

—Oye, ¡por favor!

Jack no sabe dónde meterse.

—Anda, vamos, Jack. ¿De quién tienes miedo?

—¡Me estás cabreando! ­—grita Jack, tratando de tapar a Parry con su abrigo.

Parry está eufórico.

—¡Estamos aquí en medio con el culo al aire, Jack!

—Oye, yo no voy a hacerlo. ¡Esto es de locos! ¡¡Me largo!! —se molesta Jack, visiblemente enfadado, mientras se dispone a marcharse.

—Venga, Jack. ¡Quédate! —le pide Parry.

Y aquí llega el momento culminante.

Parry se sienta en el suelo.

Y empieza a arrastrarse, como una oruga pero del revés, restregando el culo contra la hierba.

Jack se le queda mirando con la boca abierta, atónito.

—¿En serio? —le pregunta desconcertado.

Y Parry, entre carcajadas, le responde con otra pregunta.

La pregunta del millón:

—¿Sabes por qué hacen esto los perros? ¡Porque es un gustazo, Jack!

Una forma para empezar a moverte mejor y DISFRUTAR DE VERDAD de un cuerpo hábil la puedes aprender en este curso.

Locomociones

Rober