Gente anormal

Hay una cita de George Bernard Shaw que me encanta y que ahora no tiene sentido.

Lo tendrá al final del correo:

“La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo no tengo ninguno, los dos tenemos uno”.

Léela otra vez.

Piensa en ella.

Tenla presente especialmente ante cualquier estudio científico chachipiruli.

También ante cualquier curso o programa “para todo el mundo” que te vendan.

Hay quien sigue confundido cuando me refiero a gente normal.

«¿Seré yo normal? ¿Encajo en lo de normal?».

Más cuando lo que propongo, aunque un día lo fue, no es muy normal.

Sentarse en el suelo, colgarse de todas partes, no pasar mucho tiempo en la misma posición, pensar más en moverte que en hacer ejercicio y en la habilidad más que en la capacidad…

¿Cómo se puede ser normal y anormal al mismo tiempo?

Voy a enseñarte lo que es ser normal sin definir lo que es ser normal.

Y lo voy a hacer con un vídeo.

Viene con un consejo extra.

Enseguida.

¡Pero!

Pero, la verdad, en mi opinión no hay nadie normal.

Y no voy a taladrarte con el discurso barato y facilón de que eres un ser especial y capaz de todo lo que te propongas y esas cosas Mr. Wonderful.

No voy por ahí.

Lo que está claro es que si te pones a comparar tu vida estrictamente con la de cualquier otra persona, ya sea normal o anormal, los matices subjetivos, los detalles individuales de quién eres, lo que haces y cómo lo haces son tantos y tan diversos que jamás podrías encajar en una definición tan generalista como la de “gente normal”.

Incluido tu movimiento –ojo con esto.

No eres normal.

Tu contexto personal es único.

Por mucho que se parezca al del vecino o al contexto medio.

Entonces, definir lo que es gente normal en el contexto de esta lista de correo es imposible y tal vez incluso deshonesto.

Pero te decía que sin definirlo te lo podía enseñar.

Una vídeo suele servir mucho más que diez mil palabras.

Por si tienes dudas sobre si encajas o no en este grupo de gente normal.

Luego te daré un consejo.

Verás gente normal.

En sus casas normales con su cuerpos normales y sus expectativas normales.

Se dedican a cosas normales y tienen responsabilidades normales.

Entre otras la “gran” (pre)ocupación normal: cuidar de alguien, generalmente peques, de un trabajo o de un negocio. O todo a la vez.

Si te sientes identificado con una de estas personas, solo con una de ellas…

…eres gente normal.

Mira este breve vídeo y sigue más abajo:

¿Te has sentido identificado con alguien?

Eres una persona normal.

El consejo que nadie me ha pedido: aunque seas una persona normal, cuando pienses acerca de tu movimiento no te veas como una persona normal, porque no lo eres.

Eres anormal.

Eres tú.

A partir de ahí y como persona normal, y aunque no sea algo muy común, lo de tener tu cuerpo siempre disponible y suelto, libre de rigidez y tensión, sin tener que dedicar grandes espacios de tiempo e integrando el movimiento en tu vida normal cotidiana, es una posibilidad factible para ti.

Al principio puede ser hasta anormal.

Luego sigue siendo anormal para la mayoría de gente que no lo hace.

Para los que sí se mueven así se convierte en algo normal, porque es un hábito incrustado en su estilo de vida.

Si te interesa seguir siendo normal aunque, obviamente, con un estilo de vida y una manera de moverte anormales,

ve aquí: Movilidad Natural.

Rober

PD: el trato y el proceso no son normales, son individuales. En estos asuntos, lo grupal, lo “normal” no sirve. Todos somos anormales. En el enlace.