Este post, aunque vaya de “peques”, va de piernas, espalda, movilidad, fuerza y resistencia.
Hemos metido a Abril en una guarde.
Dicho así, “metido” y “guarde”, Sergio, el director, me daría un par de collejas.
Abril, en realidad, se está integrando en su nueva English school, una escuela infantil de inmersión 100% al inglés que además combina las líneas Montessori y Waldorf.
Muy cool todo.
La verdad, bromas aparte, es que estamos muy contentos todos. Ella también.
Y más cuando la adaptación se ha superado de manera fluida, sin más fricciones que un par de días de breve llanto al marcharme.
Como puedes adivinar, la adaptación me la he “comido” yo.
Y encantado, tú. Porque he aprovechado súper bien el tiempo.
La propuesta de la adaptación suele ser esta:
Tú estate ahí sin intervenir demasiado, a un lado, por si las moscas.
Si tu hija te solicita, atiendes, acompañas, acomodas y… vuelves a distanciarte.
Pero no participes mucho porque si no, obviamente, la cría no va a coger confianza con el espacio y las personas con las que va a convivir este año.
Que la idea es que se adapte a todo eso sin ti en el escenario.
Me parece coherente y acertado.
Es todo lo contrario, por cierto, a aquello de algunos trainers y fisios y médicos y psicoloquesea y expertos metemiedos:
«Quédate conmigo, que eres frágil. Ni se te ocurra ser autónomo. Necesitas mi permiso y supervisión… Vuelve el mes que viene».
Y la pregunta del millón:
¿Cómo aprovechar el tiempo mientras estás allí sin poder hacer nada?
Hay de todo, y no digo que esté mal.
Algunos papis se ponen a mirar el móvil. Me chirría con lo del Montessori, pero bueno.
Otros charlan y comentan la jugada.
A mí eso no me va mucho, así que hago lo que suelo hacer en situaciones así en las que poco puedes hacer.
Una de las mejores maneras de aprovechar el tiempo:
Callar, observar y aprender.
La sala es grandota y diáfana.
Está plagada de cosas.
Juguetes de todo tipo, una rampa, una escalera, un tobogán, una cuerda para colgarse en plan Tarzán, un agujero en un tronco que sirve de escondite secreto.
Y peques de entre 6 meses y 2 años y pico por todas partes.
Algunos siguiendo por momentos las dinámicas que propone alguna de las educadoras.
Otros completamente a su rollo.
Y ahora viene en lo que me fijo más.
Evidentemente, en cómo se mueven.
Si dividimos el tiempo según el plano de movimiento, diría que proporcionalmente la cosa va así:
· Plano bajo, a ras de suelo, 20% del tiempo, generalmente en estático entretenidos con algo.
· Plano alto, de pie, ponemos otro 20, para desplazarse de una lado a otro cuando la distancia entre puntos es notable.
· Plano medio, entre el plano alto y bajo, ya sea a gatas, manipulando juguetes y cachivaches sin acabar de sentarse, recogiendo cosas, tirando cosas, agachándose para meterse en el escondite del tronco… el 60% del tiempo.
Repito: plano medio, a medias entre los planos bajo y alto, más de la mitad del tiempo.
Y me fijo más.
Me fijo en sus piernas y espalda.
Y en todo lo que son capaces de hacer con sus piernas y espalda.
Nudos, transiciones, malabarismos articulares, arriba y abajo, a un lado y a otro, exprimiendo sus cuerpos.
Cosas que cuando están en el plano bajo, más “estático”, no hacen tan “en movimiento”.
Cosas que cuando están en el plano alto, tirando a erguidos, tampoco hacen.
Y cosas que a nivel de movilidad, fuerza en “posiciones raras”, resistencia y resiliencia, uff… tela marinera.
Flipo.
(Y aprovecho también para coger ideas).
Bueno.
No es de extrañar que ellos tengan esas capacidades y habilidades.
Tampoco es de extrañar que las pierdan, tarde o temprano, cuando en el plano medio se empiezan a incrustar sillas y mesas.
Y mucho menos es de extrañar que la gente lo pase tan mal en dicho plano y todo lo que implica moverse por ahí.
Y la mayoría estén tan tochos.
Sobre todo a nivel de piernas y espalda.
Y de movilidad, fuerza, resistencia y resiliencia.
Cuánto se puede aprender de los peques, callando y observando.
Para moverse en el plano medio y estimular todo eso, tal vez te interese este curso:
Locomociones – Muévete con inteligencia y disfruta de un cuerpo hábil
Rober
PD: todo muy adaptado, progresivamente, como en una guarde Montessori. Quiero decir, para que te muevas con libertad y confianza, y no encorsetado en los límites y miedos convencionales. En el enlace.