Fraude. No te confundas sobre el esfuerzo

Advertencia 1

Por suerte, son pocas las personas que pecan de lo que explicaré.

Generalmente las acompaña ese discurso de “Es que hacer ejercicio no me va y me gustaría tal o cual pero es que me canso, me aburro, me duele el cuerpo, no tengo tiempo, no tengo dinero, no soy constante, soy mayor para eso, es que los críos, es que el trabajo, etc.”.

Como si una o varias de esas cosas no les pasara al 99% de personas normales que hay por aquí.

Advertencia 2

Este correo contiene una de esas obviedades tan obvias que se obvian y después, obviamente, uno acaba:

1 Dándose un tortazo con una ingrata sorpresa y la posterior desidia.

2 Tildándome de timador, farsante, estafador.

Lo primero, el tortazo, sinceramente, me da un poco igual.

A ver, no del todo. Me sabe mal. Claro. En serio.

Esto no es pedantería ni soberbia, para nada.

Pero… ¿Qué quieres que le haga?

Creo que cualquiera que pueda estar leyendo estas líneas ya es suficiente mayor para entender algunas cosas.

Lo segundo tampoco me preocupa.

Aunque, como pasa lo primero, creo que vale la pena aclararlo.

¿Por mí? En absoluto.

Para que quien me lea no se confunda y luego se desmotive y seguidamente me diga que le he engañado y que “me canso y no tengo tiempo y y y…”.

En fin, este correo es sobre todo para quien se haya confundido con esto del esfuerzo.

Si no es tu caso, va bien repasarlo, a pesar de que no te aportará mucho, sinceramente.

Es casi casi un mensaje Mr.Wonderful, pero en versión agria.

Mira.

Esta semana estamos volviendo a la normalidad por aquí.

La normalidad de siempre, no una nueva.

O sea, el correo diario y, sobre todo, lo de hablar de movimiento.

De ejercicio no.

De movimiento.

Más que nunca, por cierto.

Lo del ejercicio se acabó.

Entonces, como lo de dejar de hacer ejercicio suena tan bien y es tan atractivo, porque lo del ejercicio se suele relacionar con deber, disciplina, sacrificio y otras palabras malsonantes, hay quien cae en una confusión muy habitual:

Pensar que lo de moverse no requiere esfuerzo.

Que no te vas a cansar.

Que a veces no va a ser frustrante.

Que no necesitas constancia.

Que hay días que es jodido conciliarlo, compatibilizarlo.

Obviedades.

Lo había advertido.

Llega un punto en que tener que recordar estas cosas se hace un tanto irritante.

¿Por mí? De nuevo, no.

Por ti.

Sé que la mayoría de las personas que me leen son conscientes de esto.

Verme obligado a recordar lo del esfuerzo podría ser hasta insultante para ellas.

Sorry.

Pero es lo que es.

Hay quien llega a creer que por una especie de antítesis respecto a lo de hacer ejercicio, tener una práctica de movimiento no cuesta esfuerzo, tiempo, dedicación, energía, constancia, compromiso.

Si eres de esas personas, honesta y francamente, y con una sonrisa de oreja a oreja, de verdad, como si fuéramos amigos de toda la vida…

Estás en el lugar equivocado.

Y si eres de los que tiene claro que el esfuerzo entendido como que necesitas dar algo a cambio para recibir otro algo porque la vida no te va a regalar nada y, qué coño, porque lo que consigues sabe mejor cuando has tenido que poner de tu parte, quédate.

Vamos a dejar de hacer ejercicio.

Y movernos –mucho.

Hablando de movimiento y de lo que está a punto de llegar, ten presente una cosa más:

Igual que lo del ejercicio, la teoría también se acaba.

Por eso, si quieres tener una idea conceptual bien clara de todo lo que va a pasar las próximas semanas, te recomiendo mi libro:

Camina, salta, baila: Muévete más y vive mejor

Rober

PD: la práctica pura y dura está al caer. Toda la teoría bien ordenada y estructurada, en el enlace.