Situaciones ridículas en la comunidad de vecinos

Esto seguro que te ha pasado a ti también.

Ridículo no, lo siguiente.

Como la lección sobre control motor que esconde.

Esto sobre todo te interesa si sufres “rigidez” (que no lo es).

Coincidía hace unos días con un vecino en el portal de mi escalera.

Él entraba por la puerta cargado hasta arriba de bolsas.

Imagino que eran regalos para Reyes.

Yo ya estaba esperando al ascensor.

(Oh, sí, blasfemia del movimiento, uso el ascensor).

Clonc.

Llega el ascensor.

Abro la puerta.

Miro a mi vecino.

Con el cuerpo me oriento para darle paso.

Con la cabeza gesticulo como empujándole para adentro.

–Pasa, pasa –le digo.

Él amaga con pasar, pero no.

–Sube tú, que vas arriba de todo.

Yo dudo y parece que voy a entrar, pero no.

–No, hombre, que tú vas cargado –contesto.

Hace un gesto como tambaleándose, como queriendo entrar, pero no.

–Que no, que ya estabas aquí esperando. Sube, sube.

Doy yo el paso, pequeñito, pero retrocedo.

Insisto:

–Venga, va, sube, que tú vas al segundo y yo al décimo. Tendrías que esperar un montón. A mí no me cuesta nada por un par de pisos.

Parece que ahora sí, da dos pasitos de pingüino.

–No tengo prisa, de verdad. Sube tú –me dice titubeante.

–¿Seguro?

En ese instante, coincide que los dos damos como un minipaso para entrar.

Casi nos chocamos.

Y de golpe, de forma refleja, retrocedemos los dos.

Y los cuerpos vuelven a dudar.

Que sí, que no, que ahora tú, que ahora yo.

Y no nos ponemos de acuerdo.

Y nos cortocircuitamos.

Y seguimos ahí parados, quietos.

Con el diálogo absurdo.

Y con los cuerpos como temblorosos.

Si alguien la hubiera grabado, la escena sería digna de un capítulo de Mr. Bean.

Hay una cosa que los académicos llaman control motor.

Consiste en:

  1. Saber decirle a una parte de tu cuerpo o al cuerpo entero qué quieres que haga.
  2. Que te haga caso y lo haga.

*Fíjate en el matiz, porque son cosas distintas.

Cuando se trata de hacerlo con una sola parte / articulación / grupo articular, suele ser más simple, que no sencillo.

Y a este nivel la falta de exposición a según qué gestos, tareas, patrones, actividades ya hace evidente que la cosa no va, no funciona.

Los cables están desconectados.

O no lo están, pero hay alguien por ahí que está como activado permanentemente, en general los “agentes” que realizan la acción contraria, que no dejan proceder a los “protagonistas” de lo que tú quieres hacer.

Y por mucho que tú pidas, aquello no se mueve.

(Esto suele confundirse con rigidez).

En cualquier caso, o no sabes dar la orden o la das pero no ocurre.

Caca de la vaca.

En global, la cosa se complica, por supuesto.

Porque, cuidado, te recuerdo que moverse “bien” no es igual a “mover bien” las articulaciones, las partes.

Eso, además, requiere de coordinación, sincronía, colaboración, armonía.

Algo que suelen olvidar los expertos del análisis.

Siguiendo el hilo, si con una o varias partes tienes “problemas”, conflictos, “desconexión”, “desobediencia”…

Imagínate cuando tratas de combinar el movimiento de varias o todas ellas a la vez.

Cosa que, recalco, es lo que significa verdaderamente moverse.

El todo (del movimiento) es mucho mayor que la suma de sus partes.

Vale.

De las 8 semanas de Movilidad Natural, las 4 primeras van en parte sobre esto.

Sobre darse cuenta de lo que está pasando en el cuerpo y sus partes.

Sobre reconectarlo todo.

Y sobre coordinarlo, armonizarlo y que el cuerpo y sus partes colaboren entre sí.

A veces por cachitos y otras entero, todo a la vez.

Luego, cuando la cosa “articular” fluye, de la 5 a la 8 lo transformamos en movimiento de verdad.

Movilidad Natural

Rober

PD: al final subí yo primero.

PD2: no tener cortocircuitos ridículos y que sepas ordenar y que sepa obedecer y que sepas y sepa moverse, por partes y enterito, tú y el cuerpo. En el enlace.