Cómo bajar barriga

De camino al cole de Abril, me encuentro con una vieja amiga.

Yo, cuando pasa esto que te voy a contar, me dejo llevar, sin juicio ni filtro.

Quizá más cuando, como en esta ocasión, las cosas ocurren como muy de sopetón, sin rodeos…

—¡Hola, Rober! ¿Cómo estás?

—¡Ei! Pues no tan bien como tú —le guiño el ojo.

—Qué va, qué va. Ya me gustaría. Tú sí que estás bien, hasta más delgado diría. ¿Cómo lo haces?

Encojo los hombros y pongo cara de póquer.

Ella sigue con lo suyo:

—Yo… No hay manera. A ver… De cuerpo, los brazos, las piernas sí que me veo bien. Pero es que la barriga… —hace una pausa con expresión frustrada —Todo va a parar ahí. Y mira que hago ejercicio. Y comer… Yo como bien, sin porquerías. Como normal. Pero nada…

Se queda callada.

Me da la sensación de que está esperando a que yo diga algo.

Venga, de cabeza.

Que voooooy:

—A lo mejor es eso. Que comes normal… —le suelto a la ligera, acompañándolo, ojo, acompañándolo con otro encogimiento de hombros y una amable sonrisa.

Ahora es cuando un montón de gente estará a punto de llevarse las manos a la cabeza…

1

Por lo que voy a decir.

2

Porque no soy nutricionista ni tengo evidencia ni papers ni cosas raras que respalden lo que voy a decir.

Mira.

Solo te pido que hagas un ejercicio.

Un ejercicio de persona normal y, ¡cuidado!, sin pretender dejar de ser una persona normal.

No hace falta dejar de serlo.

Normal, digo.

Pero mira.

Mira a tu alrededor.

A lo mejor mira al espejo también, no lo sé.

Mira la “normalidad”.

Ya no hablo ni tan solo de barrigas o de dietas.

Eso es demasiado superficial.

Señales, consecuencias, síntomas como mucho.

Mira más allá.

Mira lo normal y mira lo que se ha normalizado, lo que se considera normal.

Trabajar lo normal, dormir lo normal, preocuparse lo normal.

Usar el móvil lo normal, comer normal, ir a toda prisa todo el santo día lo normal.

Y moverse normal.

Sobre todo moverse normal, lo normal.

Ahora, además de mirar, observa atentamente.

Los cuerpos que hacen lo normal y se mueven normal.

*(Que suele ser algo entre no moverse absolutamente nada o “hacer ejercicio” normal, tres días de gimnasio a la semana y tal…).

Y las mentes de los cuerpos que se mueven normal.

**(Exigencia, resultadismo, estética, frustración, sacrificio, culpabilidad, desmotivación, altibajos, disciplina…).

Obsérvalos.

Bien.

Ahí lo tienes.

Todo eso es normal y lo normal.

Opinión no solicitada de hoy:

No es normal, conyo.

No es normal…

Para ir un poco más allá de la norma sin tener que dejar una persona normal, lee:

Camina, salta, baila: Muévete más y vive mejor – Tercera edición

Rober

PD: jamás me atrevería a juzgar la normalidad. “En general” no tengo ni idea. De comer “un poco”. En términos de movimiento no diré que sé mucho pero sí bastante… Así que solo apunto: ¿Qué narices estamos haciendo? ¿Cómo nos movemos normalmente? Pues eso… Normal que sea lo normal.

PD2: para ser normal y a la vez un poco anormal, en el enlace.