¿No puedes moverte?
¿O crees que no puedes moverte?
¿Te duele un tobillo, la espalda, una mano, una pestaña? Primero, investiga algo sobre pedagogía del dolor y dolor sin daño, y evalúa si el dolor está justificado. Aunque algo duela, a menudo puede y debe seguir en movimiento. Y segundo, si ya has comprobado que el dolor sí está justificado o sabes a ciencia cierta que lo está, como en caso de una fractura, recuerda que tu cuerpo no se reduce a lo que no puedes mover. Mueve el resto.
¿Tienes las piernas fatigadas? Mueve los brazos.
¿Tienes los brazos fatigados? Mueve las piernas.
¿Estás cansado? ¿O estás demasiado cansado para entrenar, que no moverte? Sal a dar un paseo, baila, estira.
¿Hay tormenta, nieva, está a punto de pasar un huracán justo por tu barrio? Te mueves en casa.
¿El gimnasio está cerrado? Muévete en la calle.
¿Te has quedado sin tiempo para completar toda tu sesión programada? Muévete el tiempo que te quede, aunque sean diez minutos.
¿Tienes mucho trabajo? Con un cuerpo maltrecho tarde o temprano no habrá trabajo que puedas hacer, ni tan solo delante de un ordenador. Interrúmpelo, muévete un rato y vuelve a trabajar, si quieres.
¿No tienes un plan de entrenamiento? Improvisa.
¿No tienes espacio para moverte? No necesitas más que medio metro cuadrado.
¿No tienes material, pesas, gomas, anillas? ¡Tienes un cuerpo!
¿No sabes qué ejercicio hacer? ¡Ese es el problema! Que aun piensas en ejercicio… Muévete.
(Por ejemplo, moverse, en medio metro cuadrado, sin objetivos, sin más)
![]() Accede a los programas gratuitos de bienvenida y empieza a entrenar tu movilidad, tu fuerza y tu habilidad con cabeza. ¡Muévete! |