4 motivos para hacer ejercicios tontos todos los días

El Proyecto 1 Ejercicio Al Día empieza el próximo lunes 16 y, como sé que es muy habitual (son más de 15 años escuchando como mínimo 1 Excusa Al Día), me adelanto para cuando pase esto:

–Uff, este ejercicio me parece tonto. Menuda chorrada. No le veo el qué. Paso de hacerlo.

Esta reacción es natural. Si no estamos viviendo una situación de vida o muerte o un episodio de peligro evidente, al cuerpo le da una pereza inmensa reaccionar, ponerse en marcha. Hablé largo y tendido de esto en Cómo afrontar el aburrimiento del entrenamiento.

Además, la (in)cultura del fitness épico nos aprieta duro para convencernos de que si lo que hacemos no es espectacular o no es intenso, no vale la pena realizarlo.

Es algo muy curioso, porque precisamente la gente que hace cosas realmente espectaculares y mantienen su salud (es raro, pero la hay) son personas que dedican muchísimo tiempo a hacer ejercicios tontos (aunque haya sido pasando por el aprendizaje impuesto que veremos en el punto 3).

No te pasará con todos, porque algunos de los ejercicios del P1EAD serán muy novedosos y exigentes para ti.

Sin embargo, seguro que cuando te proponga un ejercicio de movilización o un estiramiento, o tal vez alguno de estabilización abdominal, el mono perezoso que llevas dentro saltará de lado a lado en tu cabeza gritándote «¡Pero qué haces! Esto es una tontería. Dame algo más emocionante. ¿Miramos Instagram? ¿Nos comemos un trozo de chocolate? ¿Le mandamos un Whatsapp a alguien? ¡Vamos a hacer unos burpees!». Yu nou guorai min.

Relatividad

Igual que cuando alguien te dice que eres mediocre moviéndote o un ignorante por no moverte, y para cualquier momento en que tú mismo u otra persona le pone un adjetivo a algo, la primera pregunta a realizarse debería ser:

¿Comparado con qué?

Y sí, si lo comparas con esos ejercicios espectaculares, cools, intensos de los que hablábamos, algunos ejercicios podrían clasificarse como tontos. ¿Por qué no?

Ahora bien, si centras la comparación en lo que hace la mayoría de la gente, o sea, NADA, la tontería del ejercicio decrece considerablemente.

Es más, a menudo desde fuera un ejercicio puede parecer muy pero que muy tonto y luego, cuando te pones a ello, la realidad te suelta un bofetón de los que te dejan la cara marcada un buen rato.

Parecía tonto, pero no lo era.

Y encima…

Efectividad

Y encima resulta efectivo.

Porque también con mucha frecuencia nos complicamos la vida, buscándole diez pies al gato –¿era así?–, cuando en realidad el cuerpo humano es el que es, se mueve de cierta manera, y hemos llegado a un punto en que no queda nada por inventar en el sentido del ejercicio analítico (todo lo que se inventa la industria del fitness es más y más refinado y/o más y más caro, para hacer de la práctica algo más dependiente de los expertos y las máquinas, lo que termina resultando en un cuerpo más estúpido, disfuncional, débil).

No se trata tanto de si es tonto, espectacular, moderno…

¿Es efectivo? ¡Hazlo!

Ley de la imposición corporal

¿No lo haces?

Mi experiencia personal y profesional me dice que si no haces ejercicios tontos todos los días, tarde o temprano vas a hacerlos.

Sí, baby

Es lo que llamo «Ley de la imposición corporal», que dice algo así como que si no cuidas algunos detalles o no practicas específicamente ciertos movimientos en todas sus formas, incluidas de baja intensidad y de una simplicidad extrema, y por tanto polarizas tu actividad física entre «no hago absolutamente nada» o «voy a saco», el cuerpo te acaba imponiendo su propia ley en los dos casos:

  1. ¿No haces nada? Vale. Puede que quieras vivir siempre así. No hay problema ni juicio. Ahora, ¿quieres moverte? Genial. ¿Por dónde empezamos? ¿Saltar, levantar peso, hacer calistenia, piruetas, chachi-yoga? Sí, claro. Pero si no puedes ni agacharte, fill meu. Mira, ven. Vas a coger esta colchonenita y estas gomitas y vas a pasarte como mínimo un mes repitiendo ejercicios tontunos hasta que tus articulaciones vuelvan a aprender a moverse y estén preparadas para cosas más complejas o intensas, ¿sí?
  2. ¿Vas a saco? Vale. Puede que quieras vivir siempre así. No hay problema ni juicio. Ahora, ¿lo vas a soportar? Lo dudo. Mira, como no me tratas bien, pues te voy a ir mandando mensajitos. Lo normal es que entonces tú te vayas a hacer masajitos, que te aliviarán por un tiempo. No te preocupes. Insistiré con mis mensajitos. ¿No me haces caso? Vale. Te paro. Ahora mando yo. No, he dicho que no. No vas a moverte, y mucho menos a hacer las cosas chachipirulis que estabas haciendo. ¡Ah! Empiezas a entender. ¿Sabes qué? Vas a coger esta colchonenita y estas gomitas y vas a pasarte como mínimo un mes repitiendo ejercicios tontunos (y el resto de la historia ya te la sabes).

En fin, dictadura corporal.

¿No haces ejercicios tontos?

El cuerpo, tarde o temprano, te los impone.

Ya haces otras tonterías

Sin ánimo de juicio, ¿eh?

Si sé que haces otras tonterías es, básicamente, porque creo que no somos tan diferentes. De lo contrario, no estarías leyendo este blog ni habrías llegado a estas alturas de esta entrada.

Y yo mismo durante toda mi vida he hecho un montón de tonterías, y las sigo haciendo, aunque intento que cada vez menos.

¿De qué tonterías hablo?

De perder el tiempo, la energía, el foco en…

· Estar al tanto cada dos por tres de las noticias, los emails, las redes sociales, los whatsapps.

· Centrarme en trabajar más, ganar más dinero, tener más reconocimiento.

· Acumular más cosas, más ropa, más libros, más muebles para guardar todo eso, y hasta alquilar un trastero porque ya no me caben en casa.

· Mantener relaciones por compromiso que hace tiempo ya no resuenan, ya no conectan, y que penden del hilo de la melancolía, lo que fue, y no lo que es.

Estos son solo algunos de MIS ejemplos tontunos. No sé si son los tuyos, pero seguro que los tienes.

Y no se trata de que dejes de hacer tonterías; eso es imposible.

Se trata más bien en que para algo tan básico y vital como moverse, dadas las circunstancias, sí, hay una parte que consiste en hacer ejercicios tontos.

Puedes sustituir algunas de tus tonterías por esos ejercicios tontos, ¿no?

O no sustituyas nada. Añade más tontería a tu vida. Si es en movimiento, mal no te va a a sentar. Te lo aseguro.


Rober Sánchez – M de MovimientoSoy Rober Sánchez, director del Laboratorio de Movimiento, nuestra plataforma de entrenamiento online. Desde 2003 enseño a las personas a entrenar para construir cuerpos móviles, fuertes y hábiles, y poder moverse de verdad.

Accede a los programas gratuitos de bienvenida y empieza a entrenar tu movilidad, tu fuerza y tu habilidad con cabeza. ¡Muévete!