Movilidad analítica vs. Movilidad orgánica. ¿Qué es mejor?

Es una de las preguntas que más se repiten.

—Rober, ¿qué es mejor? ¿Entrenar la movilidad analíticamente o integrada como una habilidad?

A ver, lo primero de todo: la movilidad siempre es una habilidad.


Si quieres comprender esta sentencia, lee este artículo: Cómo ganar flexibilidad sin entrenar tu flexibilidad. Mejora tu movilidad.


Luego, lo segundo: como para el 99% de las preguntas de este estilo, la respuesta es universal.

Depende.

Porque, como siempre, lo que verdaderamente debería importarte para determinar tu elección a la hora de entrenar tu movilidad es tu contexto individual y tus intenciones, no una clasificación y una serie de nombres que se ha inventado vete tú a saber quién (un servidor incluido).

Ahora bien, como no te conozco (ni tu contexto ni tus intenciones), voy a intentar responderte de la forma más precisa posible pero general al mismo tiempo, a falta de los matices que la ajusten a tu situación personal.


MOVILIDAD ANALÍTICA VS. MOVILIDAD ORGÁNICA


Antes de nada, y siendo como mínimo tan difuso como al diferenciar los trabajos de movilización y movilidad (¡viva el rigor!), vale la pena tener más o menos claro lo que distingue un tipo de movilidad del otro.

A bote pronto, cuando hablamos de entrenamiento de la movilidad analítica nos referimos a un trabajo o un ejercicio sobre una articulación determinada para una función específica en unas condiciones concretas (uff…).

Dicho así es un poco chungo. En plata esto representa cualquier estiramiento analítico, dinámico, resistido, en carga, etc., de los de toda la vida —con la condición imprescindible de que siempre sea activo, para realmente poder clasificarlo como ejercicio de movilidad, y no de flexibilidad.


Recomendación: si quieres empezar a trabajar la casa de tu movilidad por los cimientos, y no por el tejado, completa el training gratuito JOINTS. Cubre las bases de la movilidad articular.


Con un ejemplo lo entenderás mucho mejor. Aquí me tienes ejecutando un ejercicio de movilidad analítica para reforzar mi salida de la rotación externa de cadera.

Por otro lado, nos referimos a movilidad orgánica cuando el ejercicio o gesto que vamos a practicar o entrenar respeta e incluye los atributos de la movilidad (conciencia, control, fuerza, rango) y al mismo tiempo no es tan analítico, sino que se asemeja al patrón de movimiento o la habilidad para la que se requiere el nivel de movilidad que perseguimos, un movimiento más “real” que un estiramiento.

Por ejemplo, un ejercicio de movilidad orgánica puede ser el que te expliqué en el tutorial de esta entrada sobre el arte de sentarse y levantarse del suelo sin usar las manos:

En realidad, si te fijas bien, a nivel de movilidad de cadera los dos «ejercicios» que acabas de ver implican cositas muy parecidas.

Sin embargo, el segundo ejercicio puedes utilizarlo en tu vida diaria como movimiento integrado, por ejemplo, para levantarte y sentarte en el suelo, a la vez que se parece a algunos patrones de movimiento más complejos que requieren de esa habilidad presentes en danzas, artes marciales, disciplinas utilitarias como el Método Natural y el Parkour, y, además, tiene una transferencia mucho más directa para la práctica de, por ejemplo, escalada o jiujitsu.

Por eso el primero es un ejercicio de movilidad analítica y el segundo de movilidad orgánica.


¿QUÉ ES MEJOR?


Como te adelantaba en la introducción, para ti en un momento dado, para unas condiciones determinadas y con unas intenciones o expectativas concretas, depende.

En general, si lo que quieres es centrarte “muy mucho” en una función específica porque, por ejemplo, eres principiante en el entrenamiento de la movilidad o es muy evidente que presentas un desequilibrio o una carencia de movilidad, fuerza o control motor muy clara en ese sentido específico (ya van dos veces que se cuela el principio de especificidad), la movilidad analítica es tu herramienta.

Mejor empezar por los átomos. Ya construirás moléculas y hasta organismos.

Al contrario, si más o menos ya cuentas con cierta experiencia, conciencia corporal, control motor, fuerza en los extremos del rango articular… puedes basar tu entrenamiento de la movilidad en ejercicios más orgánicos tranquilamente.


LA MOVILIDAD ORGÁNICA COMO CHIVATO


De hecho, una de las cosas más chulas de experimentar con ejercicios de movilidad orgánica es que pueden servirte como detectores de eslabones débiles, no solo a nivel mecánico y articular puro y duro, sino de propiocepción, coordinación, inteligencia corporal.

Y cuando te chivan que el “problema” es de movilidad articular, rápidamente puedes determinar para qué función y en qué condiciones tienes carencias de fuerza y control, y optar por trabajarlo analíticamente.

En este sentido, siguiendo el hilo de los ejemplos, el Active Pigeon Stretch solventaría los problemas de fuerza de tus caderas, si no fueras capaz de imprimir fuerza desde ellas al tratar de levantarte del suelo con las piernas cruzadas.

Ahora bien, tal vez ese impedimento no es cuestión de cadera, sino de tobillo o rodilla, o de cómo estás gestionando los cambios de peso de tu cuerpo.

Entonces, tendrías que optar por la herramienta analítica que cubriera tus necesidades específicas.


LA MOVILIDAD ORGÁNICA ES MEJOR


–¿Pero no acabas de decir que depende?

Sí, sí. Y lo mantengo.

Aunque al mismo tiempo, en términos de movimiento, la movilidad orgánica es mejor.

¿Por qué?

Porque en términos de movimiento (¿ves el contexto?) el entrenamiento de la movilidad tiene un propósito final muy claro: MOVERSE.

No el objetivo de ganar conciencia, control, fuerza en el extremo del rango articular para una función determinada y en un escenario concreto, no.

La movilidad es una herramienta que te tiene que servir, no algo a lo que tú tengas que servir.

El propósito es el movimiento.

Y en estos mismos términos, si lo único que haces es moverte analíticamente, por mucho que ganes en un sentido del movimiento, te estás dejando otros tantos y, en consecuencia, no te estarás moviendo.

La mesa cojea.

O, como te expliqué en este artículo, tu movilidad es inútil… ¡porque no la usas!

Los ejercicios de movilidad orgánica, en este contexto, son superiores, mejores que los ejercicios de movilidad analítica, simplemente porque se asemejan más al movimiento real, tienen mucha más transferencia a la hora de MOVERTE DE VERDAD.


En fin, intenta comprender los matices de lo que te acabo de explicar y adáptalo a TU contexto, tus condiciones, tus necesidades, tus expectativas.

Si te llama la atención la idea de la movilidad orgánica, regístrate en el Laboratorio de Movimiento.

Es gratuito y cada cierto tiempo recibirás algún correo con propuestas y tutoriales de ejercicios que voy a ir compartiendo aquí en el blog durante esta temporada.

¡Nos (mo)vemos en el Laboratorio!


Rober Sánchez – M de MovimientoSoy Rober Sánchez, director del Laboratorio de Movimiento, nuestra plataforma de entrenamiento online. Desde 2003 enseño a las personas a entrenar para construir cuerpos móviles, fuertes y hábiles, y poder moverse de verdad.

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