A ver.
Que no quiero que pierdas el tiempo.
Si es de tus primeras veces por aquí o eres completamente novato, antes lee esto:
- Hacer ejercicio es triste, confuso, engañoso.
- Moverse mejor para tontos. Del fitness y el entrenamiento a la libertad de movimiento.
A partir de ahí, todo tendrá mucho más SENTIDO.
ENTRENAR LA MOVILIDAD ME ABURRE
Seamos francos.
Entrenar la movilidad, como practicar y desarrollar cualquier habilidad, al menos si persigues que haya un progreso, es monótono y repetitivo.
Es como aprender a tocar la guitarra o el piano.
Sobre todo al principio, vas a tener que repetir y repetir acordes y escalas hasta la saciedad, con tal de interiorizarlos y generar automatismos, memoria corporal (en este caso en los dedos), para luego poder tocar melodías y acompañamientos con fluidez.
Pues lo de la movilidad funciona exactamente igual, pero en lugar de los dedos, las protagonistas son las articulaciones implicadas en el patrón específico, en el gesto para el que pretendes ganar movilidad articular.
No hay otra.
Es y será monótono y repetitivo.
Y si es monótono y repetitivo, puede (y solo puede) resultar tedioso, pesado, aburrido.
Hasta tal punto que pueda suponer un conflicto, una fricción, un obstáculo,
¿Qué hacer entonces?
He aquí lo que suelo hacer yo.
Son tres cosas:
EL SENTIDO
Vaya por delante que, a pesar de la monotonía, en mi caso es muy rara la vez que me vienen pensamientos de «aburrimiento» a la cabeza ante estas situaciones.
Y, ahora que me paro a mirarlo, creo que es precisamente porque tengo muy interiorizado lo que estoy a punto de explicarte.
Eso sí, lo que me pasa más a menudo es que me da pereza entrenar la movilidad, sobre todo cuando lo dejo para el final de una sesión de movimiento que ha implicado otras prácticas y ando ya algo cansado.
Esto te puede servir de pista o truco: si la sensación de pereza o aburrimiento aparece a menudo, no dejes la movilidad para el final.
En cualquier caso, lo primero que hago en cuanto intuyo que las excusas van a aparecer, es algo muy simple:
Recordar el sentido que tiene para mí entrenar la movilidad en el patrón que estoy trabajando.
Es decir, para qué me va a servir ganar movilidad en dicho sentido, específicamente.
Porque sí, puede que incluso así entrenar la movilidad me siga resultado aburrido o me dé pereza.
Pero al menos en mi caso, y de esto me aseguro bien siempre, en último término lo que persigo es DISFRUTAR y gozar de mi cuerpo en movimiento, curiosear, jugar, PASÁRMELO BIEN.
El sentido final, entonces, de aburrido no tiene nada.
Y eso ya provoca que mire el entrenamiento de la movilidad con otros ojos.
PRESENCIA Y APRENDIZAJE
Como segundo paso está este que llamo «presencia y aprendizaje».
Y creo que, al menos desde un punto de vista práctico, es lo que hace que prácticamente nunca me dé pereza o me parezca aburrido entrenar la movilidad.
Al fin y al cabo, como he comentado otras tantas veces, aunque cuando estás entrenando tu movilidad para un patrón en concreto la cosa se pueda concebir como un acondicionamiento puro y duro, la movilidad no deja de ser una habilidad.
La práctica, el aprendizaje y el desarrollo de una habilidad requiere de presencia, de atención, de sutileza y de muchísimo autoconocimiento.
Es justo abordándolo de esta manera, en el presente, con el foco puesto al 200% en lo que está pasando en tu cuerpo y en los matices que se van sucediendo, y más si te sirve para conocerte mejor, cuando todo aburrimiento se desvanece.
Una vez más, no es tanto el qué, sino el cómo.
Si te planteas el entrenamiento de la movilidad como un deber, un ejercicio, un entrenamiento más, superficial y sin sentido, pensando simplemente en completar el protocolo o programa que tengas entre manos para sacártelo de encima y cumplir… mal vamos.
En cambio, por muy monótono y repetitivo que sea, si te involucras plenamente en tu sesión, en absoluta presencia, y abierto a aprender lo que dicha sesión te tenga que enseñar, no solo sobre tu movilidad, sino también sobre ti mismo…
…¿cómo va a resultar aburrido?
Imposible.
JUEGO
Por último, está este «truco» que se complementa la mar de bien con los dos puntos anteriores.
A ver… Corre por ahí el rumor de que la movilidad es un requisito para poder hacer tal o cual cosa.
De que antes de poder practicar la habilidad o disciplina que le da sentido a tu entrenamiento de la movilidad (punto 1), debes contar con ese rango específico para el que estás entrenando.
¿Y si cambiamos ese antes por un durante?
Que todavía no cuentes con toda la movilidad necesaria para practicar lo que tengas en la cabeza con total libertad y sin que tu movilidad represente una limitación, no quiere decir que no puedas ir jugando con ello.
Es más, esto te puede beneficiar en dos sentidos:
- Comprobar que, efectivamente, tu falta de movilidad te está limitando, cosa que puedes seguir utilizando como motivación.
- Complementar tu entrenamiento de movilidad específico, analítico, «aburrido», con algo más orgánico. En este sentido te recomiendo leer Movilidad analítica vs. Movilidad orgánica. ¿Qué es mejor?
Sea como sea, coge el patrón sobre el que estás trabajando, que estás entrenando y ÚSALO, explóralo, juega con él en términos de movilidad «real».
¿O acaso no es este el sentido de entrenar la movilidad?
Pues dáselo ya, ni que sea en «modo juego».
(Ya sabes que en el Laboratorio puedes hacerlo, por ejemplo, a través de Locomociones, Invertidas y La Práctica).
Y ya está.
Espero que estos consejos sobre el aburrimiento y la pereza te sirvan.
Al final, en mi opinión, uno en la vida termina comprendiendo que no todo tiene que ser divertido, que hay cosas que pueden dar pereza o resultar aburridas en un momento dado.
Ojo.
Siempre y cuando el sentido que haya detrás sea el de disfrutar, el de gozar, el de moverse, el de vivir, ¡por supuesto!
De lo contrario, como decía el chiste, es tontería.
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Rober Sánchez